Ambiente de la ciudad
Aunque Arkham conserva el ambiente de puerto comercial de la Nueva Inglaterra colonial, la industrialización ha creado una amplia clase obrera, y la universidad proporciona una sana dosis de pensamiento filosófico. No obstante, la descripción de Arkham sigue siendo la de una ciudad tranquila y modesta.
Los negocios
La mayoría de tiendas pertenecen a lugareños y a sus familias. Suelen ser negocios pequeños y todos cierran los domingos, respetando las leyes sabáticas de la ciudad, excepto unos pocos cafés que sirven almuerzos después de los oficios religiosos.
La Prohibición
La Prohibición está vigente, pero no se refuerza de modo estricto. El uso discreto del alcohol no levanta comentarios, pues la gente que las cosas sigan tranquilas (si no lo quisieran, se irían a Boston)
El clima
El clima en Nueva Inglaterra sufre cambios bruscos y tiene un fuerte efecto sobre el humor de la gente.
En verano: los días son cálidos y pegajosos. Los estudiantes y el profesorado tienden a ser indolentes y la actividad se ralentiza. Entonces las repentinas lluvias traen un entusiasmo espontáneo, los cafés se llenan y aumentan los descansos en el trabajo.
En invierno: los días se alternan entre penetrantemente fríos y confortablemente suaves. Que en un mismo día haya nieve, lluvia y un radiante sol, no es extraño.
Como ellos mismos dicen: "si no te gusta el clima de Nueva Inglaterra, espera un minuto"
Clases sociales
La clase social es algo crucial para la vida en Arkham. No tanto en la universidad, donde es algo más modesto. Es importante para las actividades sociales, y solo los hijos e hijas de las clases superiores serán invitados a entrar en las más prestigiosas fraternidades.
Aún así, la clase no lo es todo. El curso en el que está un alumno es también muy importante para determinar las amistades. En general, un alumno de último curso de clase media tendrá más estatus que un novato muy rico.
La residencia cobra importancia a la hora de hacer amigos y aliados. La oficina de alojamiento asigna las habitaciones de forma aleatoria, juntando muchísimas veces clases sociales totalmente distintas. En su mayor parte los alumnos están dispuestos a pasar por alto las diferencias para mantener la armonía en la estrecha habitación, y la experiencia de vivir con alguien diferente es ya, de por sí, educativa. Así, no sorprende ver a un pijo vividor lleve a una fiesta exclusiva a su compañero de cuarto de clase media, o que el estudiante con problemas de dinero invite a su compañero rico a "probar el lado salvaje" en un billar de los muelles.
Comer en la ciudad
Hay un amplio número de restaurantes alrededor de la universidad, donde come la gente que no está apuntada al plan de comidas, además de los que quieren variar la dieta. A los estudiantes más acaudalados les encanta comer fuera del campus, a la vez que evitan la perdida de posición social que supondría ser vistos en cualquier comedor.
Los profesores jóvenes y solteros normalmente frecuentan los restaurantes de la ciudad o alguna de las casas de comidas; los que ya tienen familia van a casa a comer. El personal docente femenino de la U.M. es bastante amplio, y suelen comer juntas en el comedor del Edificio Dorothy Upman o en ciertos restaurantes de la ciudad. Se sabe que las más sociables de entre ellas acuden a bulliciosas reuniones los viernes por la noche.
Durante la mayor parte del día los establecimientos de las aceras cercanas a la universidad están llenos de alumnos charlando, estudiando, y socializando, de profesores conversando con sus favoritos, y de miembros del profesorado descansando entre clases.
Cabría destacar unos pocos:
El Castillo. Arropada en un callejón entre la U.M. y el río, esta pequeña casa con puerta de piedra fue construida 1804. La puerta está siempre cerrada, pero los habituales tienen llaves. Los extraños bien vestidos pueden ser admitidos tras llamar a la puerta y pasar una inspección. Dispone de cinco mesas, de dos comensales cada una. Hay un cocinero y un único camarero vestido formalmente, además de un estudiante de la universidad para lavar los platos y pelar patatas. Se sirve en dos turnos, a las 19:00 y a las 21:00, de martes a jueves. Las cenas son francesas y muy bien preparadas, pero sólo se puede elegir entre dos comidas de precio fijo cada vez. Los precios suelen superar los 10 dólares por cubierto. Hay disponible vino para aquellos de probada discreción, pero la selección de cosechas es necesariamente reducida.
Chance's. De día ofrece un servicio de comidas para obreros, con platos soperos y grandes bocadillos, pero de noche abre una sala más hermosa para atraer a los estudiantes bien educados de últimos cursos, a cuyas acompañantes les encanta atreverse a ir a un lugar así. Se rumorea que tiene varias habitaciones privadas en la parte trasera, Hasta el momento la alta sociedad de Arkham no ha visto necesario indagar sobre ese tema.
El Café del Jardín. Es el lugar más popular en el campus para establecer una cita. Entre el bullicio de estudiantes buscando querida, y el ruido ensordecedor de monólogos de pretenciosos intelectuales, uno podría discutir sin llamar la atención. La discreción está asegurada (el Dr. deGruttola se reunió durante meses con tres damas distintas como un reloj, los lunes, miércoles y viernes, respectivamente; no se hico comentario alguno hasta que empezó a llevárselas a su cuarto, en el Edificio Grant). Abierto los domingos para el almuerzo por permiso especial. Consultar a Rick, el encargado, para las reservas.
Heladería de Newport. La invención del helado de frutas y nueces y la enorme popularidad de los helados en general ha extendido esta cadena de tiendas por toda Nueva Inglaterra. Gina Dufresne, dueña de ésta en particular, está casada con el Dr. Robert Dufresne, del Departamento de Música, que era uno de sus mejores clientes antes de que reuniese el valor suficiente para declararse. Su romántica historia hace de este establecimiento un lugar popular para las parejas tras una velada de cine o teatro.
La regata. Situada junto al río Miskatonic, este lugar apartado ofrece un escape al campus. Sus puertaventanas ofrecen una esplendida vista del río. La Regata es un sitio caro, al menos para ser Arkham, pero mucho menos costoso que El Castillo. Aquí los académicos pueden tratar con sus contemporáneos arkhamitas, y los profesores jóvenes pueden cenar respetablemente con mujeres solteras de las mejores familias. Los estudiantes de música de la U.M. suelen proporcionar aires románticos del s. XIX, mientras que las obras de artistas locales adornan las paredes.
Miér 7 Mayo - 14:07